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REAL OVIEDO 2-2 REAL ZARAGOZA:

Los jugadores de Víctor Fernández fueron incapaces de formar una victoria que les hubieran dado el privilegio de dormir en zona de ascenso. El conjunto blanquillo lo intentó hasta el final y fue mejor que su rival, sobre todo en la primera mitad, aunque los visitantes también consiguieron inquietar a Cristian Álvarez con algunas llegadas. El Real Zaragoza suma así un punto que le permite seguir en los primeros puestos de la clasificación –con un partido menos- y mira ya hacia Oviedo.

PRIMER PERIODO:

Los blanquillos se iniciaron acosando la portería astur. No habían pasado ni dos minutos cuando un córner medido de Kagawa terminaba en la cabeza de Dwamena, que remataba, libre de marca, por encima del larguero. El conjunto de Víctor Fernández pronto se instaló en campo rival y las jugadas de peligro eran una constante. Así, en el minuto 11, una buena conducción de Javi Ros llegaba a Luis Suárez, que superaba en carrera a su marcador haciendo gala de su potencia habitual, aunque su remate no encontraba la red. El delantero colombiano derrocha confianza y siempre trabaja mirando la portería de reojo, y eso trasluce en cada acción. Prueba de ello es su buen arranque liguero, con cuatro goles en los primeros seis encuentros.

En el minuto 29  Dwamena conseguía controlar la pelota entre dos de los tres centrales del Lugo y, en un gran gesto técnico, se encaminó en solitario hacia la portería de Varo. A punto estaba el punta ghanés de pisar el área cuando Pita le trastabilló por detrás haciéndole caer al suelo, en un lance que fue sancionado con libre directo fuera del área y, para indignación de La Romareda, con tarjeta amarilla para el central lucense. La jugada le salió barata al conjunto visitante, y más aún cuando Kagawa mandó el esférico por encima de la portería.

Los aragoneses siguieron aumentando el nivel y ya en el minuto 39, el colegiado asturiano advertía al guardameta visitante, amenazándole con la cartulina amarilla si continuaba perdiendo tiempo. Este gesto suponía un síntoma claro del devenir que llevaba por entonces el encuentro: un Zaragoza desatado, en continua búsqueda de la red contraria, ante un Lugo que aguardaba el respiro de los vestuarios. Y lo encontró, aunque antes tuvo la oportunidad de adelantarse en el marcador con un disparo de Cristian Herrera, el más peligroso de los gallegos, que se estrelló en el travesaño de su tocayo Álvarez.

SEGUNDO PERIODO:

Una de las primeras acciones, Seoane veía una nueva tarjeta amarilla por una falta sobre Luis Suárez. En el minuto 55, el Zaragoza volvía a gozar de dos ocasiones para ponerse por delante: la primera, en un remate de cabeza de Dwamena que tapó Peybernes, y la segunda en un despeje de Pita que se estrelló contra el poste de su propia portería.

De esta manera, parecía que el guion del partido iba a seguir un transcurso idéntico al del primer acto. Sin embargo, el encuentro se instauró en una situación de equilibrio, un discurrir neutro que dejaba la sensación, de nuevo y como tantas veces, de que el partido, de decantarse hacia algún lado, iba a ser por destellos. Vigaray se retiró lesionado y en su lugar entró el recién renovado Delmás que, al igual que su compañero, sumó en defensa y se incorporó siempre que pudo al ataque. Con el paso de los minutos, también entraron Papunashvili y Pombo, con los que Víctor Fernández quemó todas sus naves, inclinando al equipo hacia la portería rival en busca de una nueva victoria. Sin embargo, el Lugo, que saltó al césped de La Romareda con cinco defensas, supo mantener a raya en todo momento a los blanquillos, que tocaban el balón en la frontal del área en busca de huecos o lo abrían a las bandas cada vez que era posible, para colgar centros que Dwamena o Suárez pudieran convertir en gol.

Con esta situación llegaron las ocasiones más claras de los oviedistas: primero, un centro de Delmás a Dwamena que pilla por sorpresa al delantero y no puede dirigir entre los tres palos, y segundo, un envío –ya en el tiempo de descuento- del mismo protagonista en la entrega al que Luis Suárez no llega por poco. Esta sería la última llegada de un Zaragoza que, sin embargo, también necesitó de la ayuda de Cristian Álvarez, que desbarató un buen disparo de Yanis tras recorrerse la mitad del campo en un contraataque, trece minutos antes. El delantero franco-argelino también dispondría de la última ocasión del encuentro, un disparo escorado que se marchó cerca de la portería local.

Estas tablas se tendrán que confirmar en próximo choque con una solida victoria si no se quiere cortar la buena racha.

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