
EN PICADO
REAL ZARAGOZA 0-1 S.D. AMOREBIETA
Nuevo partido, nuevo capítulo negro de este equipo que esta secuestrado de sus lagunas, incapaz, bloqueado, sin nada que ofrecer a la harta afición blanquilla, y contra los vascos se ha confirmado.
Ha sido una tarde noche aciaga donde todo lo mal que podía salir ha salido. Se puede perder pero no de la manera tan triste que se perdio y para colmo ante el colista.
PRIMER PERIODO:
Comenzaba el choque con un mal despeje de Mouriño y pronto se veía que no iba a ver muchos goles ni alegría vistosa en le juego. Mollejo remató un mal pase de la muerte de Francho. Corría en el minuto 35 y Valera también lo intentaba muy escorado pero el meta visitante atajo sin problemas. No es de recibo el dar el rendimiento que dieron los pupilos de Velázquez ya cuestionado por el respetable.
La afición comenzaba a desesperarse y ya iniciaba su descontento para con los suyos. Se comenzaban a oír canticos como “pasan los jugadores la directiva mañana ya no está” o “Queremos un tiro a puerta”. Pero ante la lesión de Francho. Pitos ya solo quedaba acabar esta primera parte que fue un autentico tostón en lo que a rendimiento deportivo se refiere de un equipo sin ideas, sin argumentos y a la deriva.
SEGUNDO PERIODO:
Comenzaba la segunda parte incluyendo a Iván Azón para dotar al equipo de algo de mordiente arriba. Los zaragocistas continuaban el partido con algo mas de organización pero sin convicción. El Amorebieta llego a la capital del Ebro a construir un fortin en su línea zaguera. Velázquez sacaba del verde a Maikel Mesa, que no apartaba y metía a Enrich para provocar un cambio de ritmo.
El míster zaragocista Velázquez hizo debutar a Terrer, metiendo también a Lecoeuche, cuando ya lo que se veía en el campo no estaba gustando nada. Pero cuando ya campeaba el minuto 78, los blanquillos seguían dando palos de ciego con centros que no conseguían ver puerta visitante y con un caos de juego bastante serio, con incursiones de los vascos que se acercaban a Badia pero este solucionaba sin problemas.
El partido era para olvidar con un Real Zaragoza con rendimiento en picado con un rival que tampoco era de calidad pero que supo jugarle y aprovechar su momento.
Y cuando ya se creía que todo acabaría en empate sin pena de gloria, llegaría el gran desastre. El electrónico marcaba el minuto 95 corriendo ya el tiempo añadido y, en una falta en la frontal con Morci atento y con mira telescópica y gran precisión mandaba un disparo al fondo de las red que hacia volar los tres puntos lejos del casillero aragonés.
Ya solo queda esperar que se logren los 50 puntos para salvar otra temporada aciaga que lleva a este equipo a seguir caminando a ningún lado.