ENQUISTADOS
C.D. MIRANDÉS 0-0 REAL ZARAGOZA
Este Real Zaragoza sigue enquistado y sin frenos en esta recta final de temporada. Es pronto para decirlo pero ni con Víctor Fernández este equipo se motiva, será falta de rasmia, falta de calidad?. No lo sabemos pero lo que esta claro que esto empieza a ser muy serio. Los maños volvieron a protagonizar un partido que acerca al zaragocismo cada vez más a la indiferencia. Otro tostón de partido insufrible.
PRIMER PERIODO:
Arrancaba el choque y los aragoneses tenían que mostrar que de verdad quieren cambiar especialmente en la faceta goleadora. Se veía a un cuadro aragonés atenazado por sus miedos, por sus inseguridades y así con estos ingredientes se comenzaba a ver otro partido soporífero, por que los locales tampoco ofrecían nada vistoso. Pablo Ramón remataba un córner y un obús de Chaira. El Real Zaragoza volvia a ser un plantel totalmente plano.
Los dos equipos eran un cuadro, un córner con hasta tres rebotes, ninguno local conseguía ver puerta zaragocista. A falta de 5 minutos para el final del primer periodo, volvieron a hacerlo cuando Lluís López cometía un error de patio colegio dejando solo a Gabri Martínez con Edgar Badía. Menos mal que llegó Jair en la cobertura y la pericia del arquero al blocar el remate evitaron el gol.
El arbitro indico el camino a las duchas pero lo malo no era que este Real Zaragoza no se había adelantado lo peor es la sensación que no tenia armas para ser un equipo solvente con soluciones encima la mesa.
SEGUNDO PERIODO:
No cambiaba nada el mismo ritmo de partido. Mirandés comandaba el encuentro No había nada que contar, el típico partido que aborrece hasta las moscas. Mesa lo intentaba a pase de Liso pero ahí estaba el arquero local Ramón Juan. El mediapunta tuvo dos más muy lejanas al gol, la primera de ellas porque directamente la tapó la zaga y la segunda porque se fue desviado varios metros de la portería rival. El reloj caminaba despacio ante este bodrio de choque.
Entre la que no remató Carlos Martín en el 66 y la que Manu Vallejo envió directamente a las manos del meta rival transcurrieron casi 20 minutos de juego plano. La defensa fue solvente, comandada por Jair, pero el centro del campo, con Aguado y Moya en el doble pivote, se limitó en la práctica totalidad del encuentro a dar el pase más cercano. La zona ofensiva era un constante cero a la izquierda que disimuló Liso con algún centro sin efecto.
Llegó el final, este Real Zaragoza sigue y sigue y sigue sin jugadores que marquen diferencias en el gol y eso condena, confiemos se arregle porque esto no pinta nada bien. Conseguir los 50 puntos antes de que acabe esta nueva temporada tirada a la basura es el triste objetivo pero la cruda realidad de este club ahora es la que es.